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OSTEOPATÍA

¿Qué puede hacer la osteopatía por ti más allá del dolor músculo - esquelético?

25/4/2016

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Cada día sois más los que acudís a vuestro fisioterapeuta como el especialista encargado de abordar la sintomatología muscular y articular; rigidez, tensión y, casi siempre, dolor. Somos los encargados de tratar el aparato músculo-esquelético, de tomar la estructura en disfunción y guiarla hacia la recuperación, pero ningún tratamiento está completo si no se busca la razón, el detonante, el motivo por el que nuestro cuerpo ya no ha sido capaz de sobreponerse a nuestras exigencias y resulta lesionado. La osteopatía tiene mucho que decir en este campo, en el del tratamiento con infinidad de técnicas pero, sobre todo, donde más tiene que aportar es en el del diagnóstico y búsqueda de la causa lesional, el origen. Sois muchos los que os sorprendéis al ver que algunos síntomas que nos referís y, que a priori distan de aquellos por los que nos consultáis, guardan estrecha relación.

En este primer post de osteopatía queremos acercaros de forma general las esferas en que esta disciplina puede resultar de ayuda y que, a veces, por falta de información, descartamos como dolencias pertinentes de ser tratadas por un osteopata.

1. ESFERA CRANEAL.

En el interior de nuestra cabeza se encuentra el centro de mando de nuestro cuerpo. Suspendida de él la mandíbula, herramienta fundamental en nuestra alimentación. Además tenemos los ojos y los oídos, centros de equilibrio. Todos ellos nos permiten situarnos en el entorno y relacionarnos con él. Parece por tanto una esfera muy a tener en cuenta por la cantidad de estructuras de gran importancia que en ella se sitúan.

Ahora bien, ¿estas estructuras son capaces de funcionar de forma aislada? La respuesta es NO. Todas las células de nuestro cuerpo necesitan alimentarse y eliminar sus productos de deshecho. Para ello necesitamos de nuestro sistema circulatorio y su estrecha relación con el sistema nervioso. Además es preciso que funcionen correctamente. La osteopatía es una disciplina que se encarga de ayudar a este funcionamiento global. Busca armonía y consonancia para que cada estructura que forme parte del engranaje haga bien su cometido.
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Por ejemplo, un problema de desequilibrio, una sensación de perdida de la agudeza visual, la sensación de que nuestro olfato ya no es el que era o simplemente el hecho de que tengamos la boca más seca de lo habitual, que apretemos los dientes por las noches... Todos ellos indican que algo pasa, ya sea en el sistema vestibular, en nuestros ojos o en nuestra nariz o en las glándulas que se encargan de la salivación o en cada una de las estructuras del todo que hacen que funcione bien en conjunto. Una vez localizado el problema (a través de sintomatología y test diagnósticos), la siguiente pregunta que hay que hacerse es, ¿están realmente mal esas estructuras que se adolecen, o el problema viene desde la distancia? Un claro ejemplo lo tenemos en las "ciáticas", donde la sintomatología se manifiesta en el miembro inferior aunque los posibles atrapamientos del nervio se sitúen en lumbares, zona glútea... 

El aporte sanguíneo es crucial para la funcionalidad de todos los tejidos. De igual modo, la retirada de desechos. El osteopata puede ayudar a que esas estructuras, tan guardadas e inaccesibles en el cráneo, tengan un buen aporte sanguíneo. ¿Os imagináis trabajar todo el día sin comer, sin respirar? Entraríamos en fatiga rápidamente y nuestro cuerpo empezaría a avisarnos de que algo va mal, empezarían los rugidos de estómago y dolores de cabeza. A fin de cuentas, nuestro cuerpo nos empezaría a avisar de la falta de alimento y la necesidad de ingerir para continuar con el ritmo solicitado. El resto de tu cuerpo funciona exactamente igual, y cada estructura se queja como puede, un estómago ruge por la falta de alimento, un oído deja de escuchar como antes, un ojo pierde capacidad visual y todo por no dar de comer. ¿Por qué no ayudar a una correcta nutrición de todas las células de tu cuerpo?

Como se ve en la imagen superior, si quitamos las protecciones óseas y dejamos que la masa cerebral sea translucida, la cabeza guarda un entramado arterial muy complejo que se va a encargar de nutrir todos nuestros sentidos. Como también se puede apreciar, para llegar a nuestro cráneo, las arterias y venas tienen que atravesar el cuello para llegar a su destino y es aquí donde normalmente se van a encontrar las causas de síntomas como: astenia, ansiedad, cefaleas, trastorno del sueño, enoftalmia, miopía leve, alteraciones en la lágrima, mareos, malestar general, dolor de ojos y nariz, dolores de dientes sin causa aparente, congestión de la mucosa nasal, trastornos auditivos, espasmos y paresias de la cara, problemas en el trapecio y esternocleidomastoideo (las estructuras nerviosas que se encargan del control de estos músculos tan importantes proceden del cráneo), problemas de bruxismo, oclusión dental... A fin de cuentas todas las estructuras craneales son susceptibles de verse alteradas por modificaciones en su aporte nutritivo que les impidan trabajar correctamente. También pueden verse alteradas por disfunciones en la retirada de los deshechos producto de su funcionamiento. Una estructura puede intoxicarse con sus propios deshechos, si estos no se retiran correctamente.

2. ESFERA VISCERAL.
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De la misma forma, los tejidos especializados de nuestras vísceras requieren de un aporte nutritivo que permita alimentar sus células y que lleve al órgano a trabajar de forma correcta. Si además nos encontramos en el sistema digestivo, nuestros vasos tendrán que recoger los alimentos transformados en las moléculas que nuestro organismo necesita para vivir. 

Es por tanto fundamental saber que la osteopatía también tiene sus técnicas de diagnóstico y tratamiento enfocadas a cada una de las vísceras. Al contrario del resto de la musculatura que estamos acostumbrados a usar (la esquelética, que se mueve de forma voluntaria obedeciendo nuestras órdenes) la que forma las vísceras no se contrae de forma voluntaria. Le corresponde a nuestro sistema nervioso autónomo controlar sus contracciones. Sin embargo, puesto que es músculo y tiene capacidad contráctil, puede verse también en disfunción. Existen técnicas osteopáticas para regular el sistema nervioso autónomo que se encarga de ello. A grandes rasgos, una víscera debe tener la capacidad de contraerse para ejercer su función, relajarse para recuperarse y tiene que estar bien vascularizada para que a sus células no les falte nada.

En el caso de disfunción por contracción podemos poner como ejemplo la válvula ileocecal que comunica el intestino delgado con el grueso, justo por encima del famoso apéndice que se extirpa en la apendicitis. Su importancia radica en la capacidad que tiene para permitir, de manera gradual, el paso de la materia cecal en dirección al intestino grueso, mientras que lo evita en la dirección contraria (al intestino delgado). Debido a que en el intestino grueso existen un tipo de bacterias que no hay en el delgado y viceversa, este mecanismo de control evita que se produzcan desequilibrios en la flora intestinal de ambos intestinos. Problemas en esta estructura puede desencadenar: dolor inguinal (por la zona en la que se encuentra), dolor lumbar (por la relación de la columna lumbar y sus músculos: psoas, cuadrado lumbar, etc), hinchazón abdominal (por estancamiento), dolor de cabeza, picores de piel, gases, estreñimiento o diarrea...

De igual forma toda la sangre que procede de los intestinos es transportada al hígado por lo que los problemas citados anteriormente, de forma refleja afectarán al órgano, pudiendo aparecer problemas hepáticos sin que el hígado sea culpable de nada y sin que exista lesión en sus tejidos. Aquí tendríamos un ejemplo de problema vascular visceral.


Con estas pequeñas pinceladas esperamos haberos acercado la forma en la que la osteopatía se ayuda de toda la información que aportáis para diagnosticar y tratar.

También nos gustaría dar a conocer las dos esferas de esta disciplina más desconocidas, la craneal y la visceral y comprender que la osteopatía no sólo atiende a problemas músculo - esqueléticos. 

Para concluir, el objetivo de este post es hacer ver que el cuerpo es un todo, no pequeñas partes aisladas y ensambladas entre sí. De la misma forma deben realizarse diagnóstico y tratamiento. Que el paciente llegue a consulta comprendiendo que aunque su dolor esté en una zona concreta debe manifestar todos los síntomas es muy importante para llegar al origen de su problema. Eso es lo que hace la osteopatía.

Si queréis que profundicemos en algún aspecto o tenéis alguna duda o sugerencia estaremos encantados de atenderos.

Atentamente, el equipo ENSO.

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